Heriberto Molina Vílchez “La zurda de
oro de la gaita” aportó obras de gran valor a la gaita.
El compositor, músico y gaitero zuliano, Heriberto Molina Vílchez,
falleció en Maracaibo este miércoles 11 de enero de 2017. La noticia fue
confirmada en redes sociales por varios periodistas y amigos cercanos del ilustre
gaitero, destacado como fino compositor, humorista, publicista, escritor,
guionista de televisión, decimista, repentista y guaquero.
Su educación formal se inició en
las aulas del acreditado colegio católico “San Vicente de Paúl”, y prosiguió sus
estudios formales en el estado Trujillo, en el colegio Bolivariano. La etapa
secundaria la cursó en el no menos afamado Liceo “Udón Pérez”, aula mater de
muchos artista y líderes en varias áreas de la sociedad de Maracaibo y el
colegio “San José”, del estado Mérida.
Sus composiciones más conocidas son: “Así es la vida”, “Virgen
guaquera”, “La radio”, “Anuncios clasificados”, “Confesión”, “El frío-ducto”,
“El vendedor de flores”, “Testigo de dos épocas: El matapalo”, “La vida
continúa”, “Corona de tunas”, “En casa se larga el forro”, “Doña Señora”,
“Nació un saladillero”, “La creación”, “Gaita en retreta”, “El hijo de la grey”,
“Cayo Sombrero”, “Rompo a llorar”, “Lluvia de recuerdos”, “Mis promesas”, “Así
soy” y “Noviazgo en nochebuena”.
Biografía
de Heriberto Molina Vílchez
Andrés Francisco Molina y Rita Elena Vílchez dieron
vida a Heriberto Molina Vílchez el 20 de agosto de 1945, en la pintoresca
barriada de otrora “El Saladillo”. Allí nace quien será a través del tiempo un ilustre
zuliano que pondrá toda su prosa en pos de su folclor y contribución con la
cultura popular de la décima y sus variados estilos de composiciones.
Cabe destacar que este escritor, poeta, compositor, publicista, repentista y hasta guionista de TV fue un gran colaborador con el también desaparecido Manuel Graterol Santander “el sapo Graterolacho”, una revista humorística de alta circulación nacional en los años (60) sesenta llamado “El Gallo Pelón”, en el que se daban cita grandes humoristas del país.
También se le conoce por su gran amor a la décima, de la cual expresa: “la décima del Zulia tiene una liga entre el bambuco y la danza, pues el ritmo en esta composición no importa”.
Una referencia destacable de la carrera de Heriberto Molina lo constituyo la práctica de copiar los CD originales y las ventas de los “discos quemaditos ilegalmente” que invadiera el mercado en todo el país. En ese entonces Heriberto elevó su más enérgica protesta y pedía todo el peso de la Ley para aquellos "empresarios de maletín", como él los llamaba.
Acusaba que el Zulia tenía un patrimonio musical muy grande, pero que "ha dejado de crecer, porque los compositores no poden continuar haciendo música para el Zulia y que sean otros quienes se lleven el dinero. Para quienes sentimos de cerca el problema, nos resulta lamentable ver que una persona que ha dedicado su vida a enriquecer la música, cuando se encuentra enfermo y necesita una operación, por ejemplo, tengan que recurrir a los despachos de gobernantes para pedir favores".
En esa oportunidad compuso la siguiente décima:
EL CHIMBERO Y YO
No volveré a componer
otra gaita en esta vida,
porque es tan grande la herida
que ya yo no sé qué hacer,
estoy cansado de ser
de este negocio el pendejo ,
pues mis temas llegan lejos
y el pueblo entero los canta
pero la desgracia es tanta
que limpio llegaré a viejo.
II
Y lo que yo no me explico
es algo que no merezco
pues mientras yo me empobrezco
el chimbero se hace rico,
a la región le dedico
gaitas, guarachas y danzas
y no consigo bonanza
porque la vida es ingrata
en cada disco pirata
se mueren mis esperanzas.
III
Tantas veces le repito
la causa del desespero
que me he vuelto un ayayero
en este horrendo infinito,
con tantas cosas que he escrito
ya yo debería viajar
en avión particular
y con mis grandes tesoros
darle a este pueblo que adoro
un edén para soñar.
IV
La lucha contra el pirata
tiene que ser más constante,
a mí me aplauden bastante
pero él se lleva la plata,
tan bandido es el que mata
como el vil atracador
de nuestro compositor
y ojalá que no me inspire
para hacerme un harakiri
en apoyo del folclor.
Heriberto Molina Vílchez.
Además de ser un gran compositor de décimas también ha sido relevante su aporte a la gaita zuliana a la que ha rendido tributo con su hermosísima trova.
Entre tantas buenas gaitas que ha compuesto una de la que no me canso de escuchar, desde el año 1984, por lo profundo de su contenido y además por la excelente interpretación que hace la “sempiterna reina de la gaita”, es la que oiremos a continuación:
“Padre Luckert
de verdad que es necesario
que ante un gran confesionario,
lleguemos arrepentidos,
que pidamos perdón al Dios querido,
que limpiemos caminos y conciencia,
ponga usted por favor la penitencia…"
Cabe destacar que este escritor, poeta, compositor, publicista, repentista y hasta guionista de TV fue un gran colaborador con el también desaparecido Manuel Graterol Santander “el sapo Graterolacho”, una revista humorística de alta circulación nacional en los años (60) sesenta llamado “El Gallo Pelón”, en el que se daban cita grandes humoristas del país.
También se le conoce por su gran amor a la décima, de la cual expresa: “la décima del Zulia tiene una liga entre el bambuco y la danza, pues el ritmo en esta composición no importa”.
Una referencia destacable de la carrera de Heriberto Molina lo constituyo la práctica de copiar los CD originales y las ventas de los “discos quemaditos ilegalmente” que invadiera el mercado en todo el país. En ese entonces Heriberto elevó su más enérgica protesta y pedía todo el peso de la Ley para aquellos "empresarios de maletín", como él los llamaba.
Acusaba que el Zulia tenía un patrimonio musical muy grande, pero que "ha dejado de crecer, porque los compositores no poden continuar haciendo música para el Zulia y que sean otros quienes se lleven el dinero. Para quienes sentimos de cerca el problema, nos resulta lamentable ver que una persona que ha dedicado su vida a enriquecer la música, cuando se encuentra enfermo y necesita una operación, por ejemplo, tengan que recurrir a los despachos de gobernantes para pedir favores".
En esa oportunidad compuso la siguiente décima:
EL CHIMBERO Y YO
No volveré a componer
otra gaita en esta vida,
porque es tan grande la herida
que ya yo no sé qué hacer,
estoy cansado de ser
de este negocio el pendejo ,
pues mis temas llegan lejos
y el pueblo entero los canta
pero la desgracia es tanta
que limpio llegaré a viejo.
II
Y lo que yo no me explico
es algo que no merezco
pues mientras yo me empobrezco
el chimbero se hace rico,
a la región le dedico
gaitas, guarachas y danzas
y no consigo bonanza
porque la vida es ingrata
en cada disco pirata
se mueren mis esperanzas.
III
Tantas veces le repito
la causa del desespero
que me he vuelto un ayayero
en este horrendo infinito,
con tantas cosas que he escrito
ya yo debería viajar
en avión particular
y con mis grandes tesoros
darle a este pueblo que adoro
un edén para soñar.
IV
La lucha contra el pirata
tiene que ser más constante,
a mí me aplauden bastante
pero él se lleva la plata,
tan bandido es el que mata
como el vil atracador
de nuestro compositor
y ojalá que no me inspire
para hacerme un harakiri
en apoyo del folclor.
Heriberto Molina Vílchez.
Además de ser un gran compositor de décimas también ha sido relevante su aporte a la gaita zuliana a la que ha rendido tributo con su hermosísima trova.
Entre tantas buenas gaitas que ha compuesto una de la que no me canso de escuchar, desde el año 1984, por lo profundo de su contenido y además por la excelente interpretación que hace la “sempiterna reina de la gaita”, es la que oiremos a continuación:
“Padre Luckert
de verdad que es necesario
que ante un gran confesionario,
lleguemos arrepentidos,
que pidamos perdón al Dios querido,
que limpiemos caminos y conciencia,
ponga usted por favor la penitencia…"
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