Una costumbre muy característica del Maracaibo de ayer y de
hoy es: que al caer el crepúsculo y las sombras de las tinieblas invaden de la
noche a las calles de las populosas barriadas de “El Empedrao y El Saladillo”, como
arte de magia las familias salen a sentarse en el pórtico de las casas de habitación,
ubicándose en las aceras, que el zuliano llama “ENLOSAO” a conversar, a
refrescarse con la seductora brisa lacustre o simplemente a provocar una tertulia
familiar, comunitaria o parroquial con variados temas y motivaciones; y es que
el medio se presta para generar la tan curiosa costumbre posibilitada por la cercanía
de los frentes de las casas en las estrechas calles de esas bulliciosas
barriadas de antaño, con su estilo propio y característico; decoradas como para
una perenne fiesta.
El pronunciado desnivel del terreno de la zona, genero la construcción
de aceras o enlosaos de cemento; altos, con escaleras o escalinatas, como las
llama el zuliano, que invitan al parroquiano o el transeúnte a APOLTRONARSE en
el atractivo aposento para intervenir en el tema de conversación o tertulia;
otra característica propia del zuliano. Es entonces “El Enlosao” un lugar ideal
para formar la parranda, hacer de escenario propio de las fiestas patronales de
“Santa Lucia, Santa Bárbara, el Cristo Negro, San Sebastián y La Chiquinquira”,
además de la acostumbrada cita de los festivos fines de semana en los populosos
Enlosaos de Santa Lucia y El Saladillo, nombrados y referidos en numerosas gaitas
del repertorio popular gaitero.
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